La necesidad de este libro resulta de la relatividad histórica de la propia Teoría del proceso. Los conceptos de jurisdicción, acción, defensa y proceso, por su incuestionable relación a una "forma" de Estado, no pueden ser comprendidos fuera de un contexto histórico, lo que vuelve imposible pretender válidos, frente al Estado constitucional contemporáneo, los conceptos clásicos de la teoría del proceso, sin cuestionarlos a partir del Derecho constitucional y la Teoría del Derecho.
El Estado constitucional dio un nuevo contenido al principio de legalidad y a los conceptos de Derecho y de jurisdicción, representando una quiebra de paradigma. Frente a eso, no hay como pretender enseñar Derecho procesal civil sin antes tratar una Teoría del proceso elaborada a la luz del Estado constitucional y de las teorías de los derechos fundamentales.