Teoría del Derecho aplicada propone un enfoque renovado acerca del Derecho, que parte desde los postulados del iuspositivismo y se orienta hacia la concreción de los sistemas jurídicos de los modelos del Estado constitucional de Derecho. A lo largo de seis capítulos, el libro defiende que el Derecho debe ser aplicado con autoridad, racionalidad y coherencia, para lo cual debe ser previamente identificado conforme a sus propias fuentes, estructuras y funciones. Frente a lecturas que diluyen la identidad del Derecho en criterios morales o políticos, se afirma su autonomía institucional como límite y garantía. Un punto clave es la interpretación del Derecho, que se entiende como una operación sometida a legalidad: ni mera mecánica, ni libre invención. Se revisa críticamente la ponderación entre derechos y se propone, en cambio, una lógica de adecuación normativa. En este punto, se reivindica una tesis acerca del desarrollo de los derechos fundamentales. Finalmente, la obra también examina el concepto de función jurídica,