El libro de Antonio Sánchez hace una contribución necesaria e interesante a la reflexión sobre la tecnología en la sociedad actual. Lo vincula a un proceso fundamental, como es la democracia y la participación política. Y lo relaciona con importantes tendencias de cambio tecnológico. Mucho se escribe en el campo de las Ciencias Sociales sobre la tecnología. Hay múltiples enfoques posibles: desde los puramente tecnológicos, referidos a las potencialidades de las tecnologías, a los más relacionados con procesos y tendencias sociales que transforman y construyen nuevas estructuras sociales. Los grandes avances que tienen lugar en los laboratorios más prestigiosos de las universidades más avanzadas configuran futuros alternativos, posibles y probables, entre la utopía y la distopía. Futuros cercanos que describen enormes potencialidades de transformación social. Lo que está aconteciendo en esos laboratorios de tecnología avanzada bien podría considerarse de ciencia ficción: comunicación persona máquina de forma telepática, máquinas inteligentes con capacidad de aprendizaje, etc.
La tecnología siempre ha condicionado el tipo de sociedad, pero si algo diferencia la actual revolución tecnológica de las anteriores es el conocimiento la inteligencia, un término reservado al ser humano y su evolución, y que en la actualidad se atribuye, en alguna medida o en algún grado, a las máquinas que actúan con un tipo de inteligencia que les da un potencial inimaginable hasta hace unas décadas. De ahí que se hable, sin exageración, de revolución tecnológica, y por eso la atención que está recibiendo este fenómeno por parte de las Ciencias Sociales.