Las aplicaciones vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación basan su funcionamiento en la inteligencia artificial que es capaz de producir una huella digital generadora de información como son los datos1, cuya combinación con la robótica y los grandes datos (big data), constituye la columna vertebral de la economía digital2, presentando un potencial para mejorar la vida de las personas todavía no medible con exactitud en todas sus dimensiones.