El litigio es el punto central para la comprensión de la nueva justicia penal acusatoria y adversarial. Litigar es controlar la introducción de la información indispensable para tomar una decisión, según los estándares de valoración propios del derecho penal. Esto requiere mucha preparación y un manejo claro de conceptos teóricos como hechos relevantes en sentido primario y secundario, pertinencia, admisibilidad, la construcción de información que nutra las cadenas inferenciales, etcétera. La nueva justicia penal de América Latina necesita un nuevo corpus teórico porque no podemos explicar lo nuevo con las viejas ideas, por más que siempre utilizaremos los buenos materiales del pasado. Este libro forma parte de esa literatura indispensable para hacer evolucionar los nuevos sistemas hacia sus postulados esenciales y lograr, en definitiva, que el buen litigio adversarial y la aceptación común de las reglas de juego (buena fe procesal, en lenguaje clásico) se conviertan en el sentido común de la abogacía. Todo libro de litigación presupone una buena teorización. Algunos la dan por supuesta y otros, como el de Gonzalo Rúa, la entremezclan de tal manera que el lector puede conectar con mayor precisión el uso de los conceptos indispensables con las prácticas eficaces que son la razón de ser de esas teorizaciones...