El profesor Wilerlhm Sauer, uno de los maestros más cultos y laboriosos de la Alemania, no se propone como objetivo único construir un edificio conceptual impecablemente estructurado desde el punto de vista lógico, pero falto de calor vital: como en todo sistema científico, el punto de partida ya no es teorético sino practico y su para que no es ya puramente intelectual, sino humano.