SANJUÁN ANDRÉS, FCO. J. (DIRECTOR)
En los últimos años estamos asistiendo a espectaculares avances tecnológicos que están revolucionando la manera en la que producimos, intercambiamos y consumimos bienes y servicios, creando nuevos modelos de organización empresarial y canales de distribución y afectando a las relaciones económicas en un mercado que tiende a ser global. La rapidez con la que progresa la ciencia y la técnica y la realidad de un tráfico económico tremendamente permeable a dichos cambios provoca que el Derecho deba adaptarse ágil y eficazmente: el progreso económico, la productividad, el empleo y el bienestar social dependerán de la mayor pericia con la que se produzca esta adaptación. Y tal afirmación es predicable respecto del legislador y por ello se suceden continuos cambios legislativos, pero también obviamente de la doctrina jurídica, que debe estar atenta al análisis y estudio de las normas y de la realidad social y económica que subyace a las mismas.