Desde el año 2003 venimos asistiendo a un endurecimiento progresivodel Código penal que ha culminado con la última gran reforma de 2015que incluía la prisión permanente revisable. En todas estas reformas,el legislador ha utilizado el argumento de una sociedad que reclamapenas más duras, sin sustento científico alguno, apoyándose en laidea del populismo punitivo. Además, se ha utilizado a las víctimascomo arma arrojadiza, que se han convertido en peldaños de unaescalera para llegar al mayor nivel de castigo posible, la cadenaperpetua. La escalada punitivista iniciada con el cumplimientoíntegro y efectivo de las penas, que en algunos casos daba lugar auna cadena perpetua de facto, ha acabado convirtiéndose en una cadenaperpetua de derecho, bajo el nombre de prisión permanente revisable.Una pena sobre la que sigue pendiente de resolución un recurso deinconstitucionalidad por vulnerar numerosos preceptos de laConstitución. Una pena que parte de la idea de sujetosirrecuperables, a los que hay que apartar de la sociedad. Una penaque deja de reconocer derechos fundamentales a aquellas personas quehan cometido delit