Que nos encontramos inmersos en un proceso de cambio tecnológico de una magnitud y cuyos efectos (presentes y futuros) no terminamos de comprender es innegable. Hasta tal punto es así, que hay quienes afirman que la Revolución Digital es un hecho disruptivo que justifica repensar (y redenominar) el Derecho en aras de afrontarlo adecuadamente. Por su parte, la Unión Europea lanzó en 2015 una estrategia política conocida como Estrategia para el Mercado Único Digital de la Unión Europea, con la intención de acometer la necesaria recepción jurídica de la Revolución Digital y aprovechar al máximo el potencial económico que representa. Hasta el momento las iniciativas normativas (entre Propuestas de Directiva, y de Reglamento) superan las cuarenta, y es difícil llevar la cuenta de las otras muchas iniciativas que aún no se han traducido en textos articulados...