La crisis económica y financiera parece haber demostrado que el grado de coordinación de las políticas económicas de los Estados miembros de la UE, no era el idóneo para garantizar su estabilidad financiera, y que la intensidad de la integración económica no era suficiente para permitir el correcto funcionamiento de la Unión Monetaria. No obstante, a medida que la crisis se ha prolongado, y profundizado, las instituciones europeas se han empezado a dotar de instrumentos destinados a incrementar su control sobre las políticas económicas de los países miembros. De tal forma que esta crisis ha desarrollado la capacidad de la Unión para incidir y decidir la orientación de las políticas económicas de los Estados, especialmente aquéllos que forman parte del euro, y los afectados por las dificultades financieras....