La consideración de la mediación, cuyas ventajas son sobradamente conocidas por todos, como un camino hacia la paz, se encuentra estrechamente unida a la posibilidad de que, a través de la misma, las relaciones existentes entre las partes sobrevivan al conflicto; relaciones que, de otra forma, quedarían, irremediablemente, rotas para siempre. Este beneficio, estas ventajas, es extrapolable a muchos sectores de la sociedad, pues muchos son los ámbitos en los que la mediación puede cumplir esta función pacificadora.