La obra constituye el modesto homenaje de sus autores a la Constitución española de 1978, que ha cumplido sus primeros cuarenta años de vigencia.
La propia etimología de la palabra expresa así la interrelación inherente a toda Constitución entre la constituere y la constitutio, habida cuenta que la primera muestra un estadio la norma puesta y la segunda una dinámica la norma vivida.
Si consideramos el significado de la Constitución conjugando ambos sentidos llegaremos a la conclusión de que conforme pretende de forma sintética esta obra aprehender el significado político-institucional de la Constitución española de 1978 exige considerar conjuntamente la norma puesta, a través de la cual el Poder Constituyente convirtió en la Transición su supremacía política en supremacía jurídica, y la norma vivida durante estos cuarenta años de democracia, en los que los Poderes constituidos han interpretado y aplicado aquella norma, adaptándola a las exigencias de la sociedad en cada momento.