La justicia, entendida como sistema, discurre por la historia inseparablemente acompañada por la idea de crisis; cambian las circunstancias, mudan los argumentos pero su cuestionamiento es una constante. La justicia española tiene sus propios problemas, unos inmediatos, presentes y perceptibles, otros lejanos, y algunos de tan profundas raíces que se hunden en las ideas de un modelo deudor del ideario de la Revolución Francesa.
El Ministerio Fiscal, como protagonista destacado del sistema, participa de tal escenario, en el que se presenta con su propia crisis. La ausencia de modelo en la Constitución, el inacabado debate acerca de su posición en la arquitectura del Estado, la escasa atención prestada por el legislador ordinario, la judicialización de la vida española son algunas de las razones de su problemática configuración.
El libro ofrece claves para conocer la historia, principios y fines del Ministerio Fiscal, un conocimiento que se concibe como instrumental, como medio indispensable para alcanzar el objetivo primario que consiste en descubrir y describir la ética y deontología de los fiscales, el ser y deber ser, los deberes y virtudes de unos profesionales que de forma tan intensa y grave inciden en la vida social, y en la de los concretos ciudadanos.