A finales de la década de los años setenta se teorizó por primera vez un fenómeno detectado en los Estados Unidos y que dio en llamarse medicina defensiva. La sucesión de demandas penales y civiles interpuestas por pacientes insatisfechos con la actuación médica estaba dando lugar a que el personal sanitario adoptase ciertas prácticas defensivas que tenían como resultado un peor ejercicio de la actividad médica. No es seguro, pero un fenómeno similar podría estar produciéndose en el ámbito de la Administración pública, dando lugar a lo que podría llamarse «burocracia defensiva»: un modelo de conducta en la cual los empleados públicos se abstendrían de tomar ciertas decisiones, aun considerándolas útiles para el interés general y, en su lugar, adoptarían otras menos arriesgadas o, incluso, permanecerían inactivos por miedo a las consecuencias desfavorables que su actuación podría generarles.
El presente trabajo recoge y sistematiza un conjunto de prácticas administrativas que podrían encuadrarse dentro de este nuevo fenómeno, analiza sus posibles causas y propone algunas soluciones. A tal fin, y junto con los materiales propios del método jurídico (legislación, doctrina y jurisprudencia), propone una relectura de la literatura de superhéroes y de las reflexiones sobre el ejercicio del poder que se contiene en algunas de las principales obras del género.