Hay que tener en consideración que la mayor experticia de la administración no proviene sólo de sus recursos técnicos, de la especialización de su personal, de la cualificación profesional de los empleados y del propio órgano decisorio. El saber hacer proviene también de la experiencia, del conocimiento acumulado, del conocimiento del entorno (de la estructura del mercado, de su dinámica), de la capacidad de apreciar el contexto ('sensibilidad contextual') en el que se debe decidir y, también proviene de la información suministrada por los propios sujetos privados y no sólo de la aportada en el procedimiento decisorio en cuestión. Puede ser útil recordar como una de las características de la Regulación económica es la relevancia de la información, de su calidad. Las AIR recogen, recopilan, tratan, elaboran la información y la vierten en las elecciones que suponen las decisiones que adoptan. Su caudal de información y de conocimiento constituye un vector de efectiva independencia, y por lo tanto de credibilidad. El conocimiento, la experiencia, la independencia, la exigencia de objetividad inherente a toda ad