Capítulo 1. POLÍTICA CRIMINAL DE LA GLOBALIZACIÓN
1. Introducción
2. Propuestas de análisis
2.1. Modelo económico y proyección político-criminal: globalización y desregulación
2.2. Lex mercatoria y política criminal
2.3. Lo privado y lo público: la corrupción
2.4. Tolerancia versus expansionismo punitivo
Capítulo 2. APOROFOBIA Y PLUTOFILIA
1. Pobreza y desigualdad como marco
2. Política criminal de exclusión
2.1. Bases ideológicas
2.1.1. Funcionalismo
2.1.2. Gerencialismo
2.1.3. Punitivismo
2.2. La deriva jánica
2.2.1. Derecho penal del amigo y Derecho penal de clase (plutolia)
2.2.2. Derecho penal del indigente (aporofobia)
3. Pautas político-criminales de inclusión
Capítulo 3. TUTELA PENAL DE LOS DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
1. Los derechos económicos, sociales y culturales como bien jurídico-penal protegible
1.1. Bien jurídico y derechos fundamentales
1.2. Derechos económicos, sociales y culturales en el entramado constitucional
1.3. Derecho económicos, sociales y culturales en el marco del Estado Social de Derecho: igualdad y libertad
2. Los derechos económicos, sociales y culturales como bien jurídico-penal protegible
2.1. Lineamientos político-criminales constitucionales
2.2. Lineamientos político-criminales para una prevención eciente
2.2.1. Derechos económicos, sociales y culturales y corrupción pública
2.2.2. Derechos económicos, sociales y culturales y proceso penal
2.3. Protección penal de los derechos económicos, sociales y culturales
2.3.1. En el ámbito laboral
2.3.1.1. Derecho al trabajo
2.3.1.2. Derechos de autotutela
2.3.1.3. Trabajo forzoso y esclavitud
2.3.1.4. Discriminación laboral
2.3.2. Frente a los riesgos ambientales
2.3.3. En el ámbito tributario
2.3.3.1. Defraudación a la Hacienda Pública
2.3.3.2. Fraudes a la Seguridad Social
2.3.4. Racismo y xenofobia
La política criminal es concreción, en el ámbito de la lucha contra el delito, de los principios generales a los que responde la política toutcourt. Y cuando, como es el caso, la desregulación es uno de los principios sobre los que pivota la globalización, económica y política, el sistema penal tenderá a reducir sus espacios de intervención punitiva. Allí donde, en aplicación de las propuestas neoliberales que llevaron a la crisis económica mundial de 2008, no se regula la economía lícita, tampoco se regula la ilícita, y crecen los ámbitos de impunidad y connivencia (Derecho penal del amigo) con la criminalidad socioeconómica funcional a los requerimientos de la lex mercatoria: paraísos y amnistías fiscales, gran corrupción política, indultos, procedimientos inidóneos por obsoletos, figuras delictivas puramente simbólicas, etc.
Simultáneamente, se retoma el argumentario contrainsurgente, urdido como respuesta mundial a los atentados a las Torres Gemelas (Nueva York, 2001), que conforma la base ideológica del Derecho penal del enemigo, para aplicarlo a la lucha contra las pequeñas infracciones (delitos de bagatela, top-manta, irregularidades administrativas), atribuidas a los colectivos no funcionales a los mercados: los indigentes excluidos, paradigmáticamente representados por el inmigrante irregular.
La política criminal de nuestros días no es, así, unidireccional, sino bifronte, jánica. Como Jano, el dios de las dos caras, se proyecta en dos direcciones, solo aparentemente contrapuestas: la una, plutofílica, de connivencia con el poderoso, que manifiesta su poder tanto en la producción como en la aplicación de la ley; la otra, aporofóbica, de rigor punitivo frente al pobre; ese que, en nuestras sociedades presididas por el principio del intercambio, aporta muy poco y que, en consecuencia, no puede esperar nada.