Las políticas industriales de los países, así como la competencia por atraer inversiones internacionales, han estimulado la creación de nuevas zonas económicas especiales, desvinculándolas en cierta medida de la naturaleza aduanera que tuvieron en el siglo pasado, para configurarse como enclaves geográficos transformadores de la economía regional que permiten acelerar la modernización industrial.
No obstante, existen numerosos ejemplos de zonas económicas especiales que han seguido manteniendo el carácter de zonas francas, si bien, se han especializado en nuevos sectores de actividad económica como las tecnológicas, los servicios financieros o el turismo. Para incentivar la creación de estas zonas económicas especiales, los Estados ofrecen subvenciones, beneficios fiscales y aduaneros, así como normas laborales más flexibles y grandes inversiones en infraestructuras como el ferrocarril, carreteras, puertos y aeropuertos.
Dentro de las zonas económicas especiales, las Zonas Francas se encuentran en continua evolución y se enfrentan a nuevos retos en el difícil entorno de las políticas comerciales actuales, caracterizadas por un aumento del proteccionismo....