Un ojo de cerradura a la vida íntima de una mujer, con su grandeza y sus flaquezas, que nos descubre el día a día de una creadora. El potente diario de una escritora, cuya vida puede leerse casi como una novela.
El volumen anterior de los diarios de Laura Freixas (Una vida subterránea. Diario 1991-1994) nos mostraba a una joven escritora que trataba de «sacar adelante» su primera novela, su deseo de tener hijos y su matrimonio. Esta nueva entrega, centrada en los dos años siguientes (1995 y 1996), profundiza en una vida que va dejando atrás, poco a poco, la juventud para entrar en la madurez (también literaria).
En esta nueva etapa, mientras corrige su primera novela, busca una editorial que quiera publicarla y empieza la segunda, Laura Freixas descubre la felicidad de ser madre pero también el precio que pagar por ello; se adentra en la vida literaria, en la que todos, incluida ella misma, llevan máscara; se abre camino como crítica, traductora y antóloga, y percibe con asombro indicios de machismo en la cultura. También aparecen, en estas páginas, estampas de Madrid, excursiones en bicicleta por Castilla, sesiones de psicoanálisis
y para un ojo atento, algunas fisuras, casi imperceptibles todavía, en la felicidad conyugal.