La Ventilación Mecánica Invasiva (VMI) es una de las terapias aplicadas más frecuentemente en las Unidades de Medicina Intensiva. El objetivo de la VMI es dar soporte hasta la desaparición total o parcial de la causa que originó la alteración disfunción respiratoria, teniendo estos objetivos principalmente: mejorar el intercambio gaseoso, evitar el daño pulmonar, disminuir el trabajo respiratorio y adaptar el consumo de oxígeno a incrementos de las demandas metabólicas sistémicas. Es una terapia que se aplica desde finales de los años 50. Los patrones ventilatorios convencionales como volumen control y presión control siguen siendo los más habituales.