La duquesa de la Torre era una mujer bellísima, seductora, inteligente, ambiciosa, que cautivó al General Serrano y a muchos otros hombres y mujeres, y que no dejaba indiferente a nadie. Brillante y calculadora, sabía muy bien lo que quería y cómo conseguirlo. Mujer constante que supo siempre encarar con coraje las adversidades y resurgir de los fracasos como un ave fénix.
Uno de los grandes aciertos de esta magnífica biografía es recoger la faceta social y festiva de su vida. Las grandes recepciones que organizaba y a las que asistía, fielmente reseñadas en toda la prensa de la época, reflejan muy bien el placer de vivir al que se entregaban las clases altas europeas del siglo XIX.