Las fronteras políticas han dejado de ser únicamente el límite de un territorio, jurisdicción o comunidad política para convertirse, principalmente, en un mecanismo de control, selección y exclusión de millones de personas. En las últimas décadas, en las que han crecido tan significativamente los flujos migratorios Sur-Norte, esta dimensión de las fronteras se ha vuelto moral y jurídicamente más problemática, y ha dado pie a múltiples cuestiones que los autores de esta obra examinan críticamente: ¿deben suprimirse las fronteras o siguen siendo útiles y necesarias? De serlo, ¿deben abrirse más de lo que lo están en la actualidad? La noción de frontera ¿se agota en la restricción para inmigrar o abarca también el acceso a la nacionalidad? ¿cómo resolver la tensión entre los estándares de protección de los derechos humanos y una cooperación pragmática con otros países en áreas sectoriales como la gestión de las fronteras? ¿ponen en riesgo las políticas de control de fronteras el acceso a la protección internacional?
