Acontecimientos recientes como la pandemia mundial del COVID-19 han subrayado la presencia de las fronteras en las vidas de millones de personas, haciendo cotidianos los límites de movilidad de los ciudadanos debido a los confinamientos de municipios, comunidades y Estados. Tampoco han cesado los fenómenos que ya se venían dando desde años atrás y que tienen relación con los límites, la movilidad y las migraciones. En la Unión Europea se ha establecido una nueva frontera con Reino Unido, y los movimientos migratorios que llegan a las costas europeas procedentes del norte de África se han intensificado. En este contexto actual, resulta prioritario que la investigación científica aborde el estudio de las fronteras, pues es un hecho que estas forman parte del interés general de la sociedad, aún más si cabe en España, un país que se sitúa en un área periférica como confín suroccidental de Europa y que, asimismo, en su configuración territorial interna han existido y existen numerosas fronteras naturales, políticas y culturales.