El patriarcado no da tregua y sigue fuerte. Busca nuevas formas de mantener la sumisión de las mujeres. La violencia continúa siendo su principio fundante. Debemos apuntar hacia los Estados como formas para reproducir la violencia y la desigualdad en su propia configuración. Despatriarcalizar el Estado no consiste en incluir mujeres. Esto, en todo caso, corrige un déficit de representación. Conisste en romper el contrato sexual. Asumir que seguimos manteniendo las esferas de lo público y lo privado. Que nosotras, las mujeres, seguimos encargándonos de los privado como mandato de género y que, nosotras mismas, seguimos desvalorizándolo. No tenemos el econocimiento de lo públio y, en lo privado, el reconocimiento se convierte en una trampa porqie la dicotomía sigue presente en nuestra sociedad...