La figura del Delegado de Protección de Datos (en inglés, Data Protection Officer, DPO) es una novedad en muchos Estados miembros de la Unión Europea, en particular, en España, desde el 25 de mayo de 2018, fecha de aplicación efectiva del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Se trata de la figura protagonista en el nuevo marco europeo de la protección de datos, ya que entre las funciones que tiene encomendadas se encuentra la relativa a la supervisión del cumplimiento de la normativa sobre protección de datos, que es clave para que quien le ha designado, ya sea el responsable o el encargado del tratamiento, cumpla con aquélla y pueda demostrar el cumplimiento.