El análisis que nos ofrece Aitor Martínez sobre la autodeterminación de los pueblos durante los dos últimos siglos, delimita y define el principio de autodeterminación en la era del derecho Internacional
de las Naciones Unidas, y diseña una aproximación jurídica que predispone a mantener un diálogo constructivo y un análisis realista sobre los retos de autodeterminación actuales. Así mismo, busca
esclarecer una idea que se ha gestado a lo largo de la historia moderna respecto a la cuestión de reconocer la autodeterminación como una revuelta o altercado en contra de la subsistencia del Estado, siendo sólo aceptada la autodeterminación en casos extremos, de invasión o colonización.
«Reivindicar políticamente el derecho a la utodeterminación de una comunidad política es un derecho legítimo en los países democráticos, y se debe respetar dicha opinión política, aun si tiene la finalidad de desmembrar la comunidad político-estatal. Sin embargo, dicho proceso únicamente se puede acometer en el marco del respeto del Estado de derecho y, en particular, de respeto de los derechos humanos de todas las personas que moran en su territorio. Es decir, es preceptivo en el marco del diálogo político, respetando la Constitución y las normas de derecho interno».