La confusión actual sobre las cuestiones medioambientales se debe a la dificultad de comprender la posición del ser humano en el cosmos, de interpretar su esencia y de conocer el orden de las cosas. El concepto de ecología humana es útil precisamente para hacer frente a la desertificación de la realidad, causada principalmente por un empobrecimiento espiritual del ser humano. Para reformular el concepto de ecología humana es necesario, por tanto, discutir la relación del ser humano consigo mismo, con sus semejantes y con los demás seres vivos. En este sentido, la dimensión del "habitar" virtuoso se convierte en la principal vía educativa para un uso adecuado de la técnica, forma privilegiada para cultivar y custodiar el "oikos", es decir, nuestra casa común.