Francesc Cambó (1876-1947) fue cofundador de la Liga Regionalista y llegaría a ser ministro de Hacienda y de Fomento durante el reinado de Alfonso XIII. Tras el golpe de Estado de 1936 pasó a apoyar al bando sublevado -aunque entre los militares golpistas y los falangistas, Cambó no gozó de mucho predicamento-. Fue, también, presidente de la Compañía Hispanoamericana de Electricidad (CHADE) y protagonista de un famoso caso de corrupción en Argentina, donde falleció.
Tres décadas después de su primera edición, revisada y aumentada, El Cambó de Ignacio Buqueras es un esfuerzo en rescatar del olvido, o de la parcial y equivocada valoración, la personalidad indiscutible de uno de los mejores políticos catalanes -y españoles- del siglo XX. Su acusada personalidad, su excepcional preparación, sus dotes oratorias, su fuerza moral, su poder de convicción, su doble condición de hombre de acción y de pensamiento, su vocación humanista, su voluntad férrea, su espíritu moderado y tantas otras cualidades le convirtieron en el hombre nuevo y renovador de su época, con el talento y la energía precisas para conseguir la verdadera transformación de España, y todo ello desde su esencia catalana. Porque Cambó fue un catalanista que nunca consideró contrapuestas las ideas de Cataluña y España.
Además de su actividad política, ejerció como mecenas en diversas actividades artísticas. Formó una colección de pinturas especializada en primitivos italianos y en el Renacimiento, con el objetivo de hacer donación de las mismas, lo que hizo, al Museo del Prado y al MNAC de Barcelona. En 1922 constituyó la Fundació Bernat Metge, un proyecto editorial que tradujo al catalán textos clásicos tanto griegos como latinos; y la Fundació Bíblica Catalana.