Enclavada en un lugar privilegiado, con la visión del Parque de Doñana enfrente y a escasa distancia de algunas de las principales ciudades de la provincia, Sanlúcar de Barrameda atesora una valiosa historia de descubrimientos, nobleza, paisaje y patrimonio, a los que se añade su riqueza gastronómica y vinatera. En las primeras décadas del siglo, cuando el turismo como hoy lo entendemos estaba todavía por defi nir, se convirtió en un referente para el veraneo de las clases pudientes procedentes de muchos lugares de la península, hasta llegar a ser bautizada como «la San Sebastián del sur». Las excelentes comunicaciones por tren y río, la edifi cación de «hotelitos», las propiedades terapéuticas de sus baños de mar y actuaciones urbanísticas como el ensanche de La Calzada hicieron de la ciudad un símbolo de aparente progreso que no escondía las graves diferencias sociales de su población. En ese clima de efervescencia del descanso y el ocio, y junto con otros espectáculos y formas de diversión como el teatro, los fuegos artifi ciales, los globos, las competiciones deportivas, el flamenco o las cucañas, el cine llegó casi de la nada para hacerse, primero, un hueco y, luego, parte imprescindible de los festejos veraniegos y el engranaje de la vida cultural de Sanlúcar....